lunes, 30 de junio de 2008

más y más... como siempre!

Sigue siendo especial!!

Mientras más pienso en todos los detalles, más cierto es que mi perspectiva mejora.

Hay veces que me siento un poco mal mientras intento nadar en esta marejada donde se confunden las cosas que debo arreglar para que sean mejores y por aquellas que requieren una compostura mayor antes de convertirse en una pérdida total.

Pero... ¿qué pasa? Oh, sí... claro... Como siempre, en un abrir y cerrar de ojos me veo ya dispuesto en una pequeña porción de tierra firme... jamás tiene lugar el sucumbir. Ese es el firme predestino.

Listo para inspeccionar el terreno, una vez hube afianzado bien el paso entre las astillas, inicio mi andar en búsqueda de piezas completas y útiles. Recuerdo como era antes, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, como si hubiera sido siempre... Justo ahí estaban ellos.

Lo que parecía ver era una formación de abominaciones. Figuras siniestras que parecían tener movimientos definidos, casi como si los tuvieran pensados y les fueran completamente naturales.

Mi terror crecía... estaba paralizado y no podía más que pensar en correr, ponerme a salvo y alejarme lo más pronto posible.

No podía moverme mucho sin darme cuenta de lo horrible de ese lugar... no sólo estaban ellos, sino también toda una horda que por doquier manifestaba su presencia mientras hacían ruidos que parecían ser mascullos tétricos. Era inútil intentar hacer algo, salvo defenderme a como diera lugar.

Eso!!! Eso es lo que iba a hacer... defenderme, pues en lo oscurecido de mi decisión estaba el no permitir que tuvieran de mi lo que sea que fuere que reclamaban. Mientras tanto, la formación que aquellas abominaciones hacían no dejaba de moverse y ahora parecía que intentaban alcanzarme con lo que podrían haber sido sus extremidades.

Decidí pelear, pero lo mejor era estar atento ante cualquier movimiento... después de todo siempre ha sido una muy buena estrategia el observar a tu contendiente, estudiarlo y comprender mucho de él para saber como actuar en caso de presentarse un siniestro.

Ya estaban aquí, junto a mí... podía percibir su aliento... y ahora sentía como sus manos tocaban mi espalda mientras otras intentaban estrechar mi mano.

Hicieron ruidos aún más fuertes... o así me pareció dada la cercanía.

Yo hice lo mismo, los toqué. Supuse que podía ser algún tipo de ritual previo a la contienda o quizá que ellos también intentaban saber más acerca de mi persona.

Y así pasaron días y semanas. Un día miré al rededor y noté que no había peligro real. No había nada de malo en ello. ¿Era quizá que ya me había acostumbrado?

Meses y después años... un día se transformaron en más de una década.

Soprendentemente, excepto por aquel terrible principio, todo fue muy reconfortante. Hasta aprendí a hablar su extraña lengua y comprendí mucho de su cultura y principios regentes. Ya me eran muy familiares... y yo lo era para ellos también.

Y esas abominaciones, un día dejaron de serlo. Se convirtieron en algo igual a mi. Aunque con el tiempo noté que en realidad yo era igual a ellos, quizá yo también era una abominación y solo no me había dado cuenta. Pero ahora eso ya no importaba.

Más y más... como siempre!! Ellos siguen ahí y yo estoy con ellos, y espero siempre lo estén y espero siempre estar.

Se han vuelto parte de mi vida, un elemento del día a día que compone y da propósito al avance.

No eran abominaciones, era mi torcida perspectiva y mi nublada visión en la que todo parecía atacarme. Era la sustancia venenosa que en mi cuerpo circulaba día y noche lo que me hacía observar todo mal y aborrecible.

Ellos no eran abominaciones y yo tampoco lo era... eramos iguales!! Personas.

Lo que intentaban al buscarme con sus manos era mostrar afecto y al mismo tiempo tenderlas en señal de apoyo. Aquello era fraternidad solamente.

Y esa fraternidad se transformó en amistad, la más grande. Una hermandad llena de detalles extraños, nuevos... Muchas cosas pasan ahí, pero siempre igualmente reconfortantes.

Una sociedad que supera los encontronazos y los no siempre cómodos estilos personales. Es algo más allá de eso...

Y siguen ahí, y cada vez demuestran más que ahí van a seguir durante mucho tiempo.

Y son mis amigos, mis hermanos.

Un pequeño circulo colmado de sabiduría e inclusive un tanto de clarividencia.

Mis amigos; más y más... como siempre!

Y a todos ellos dedico este pensamiento en forma de cuento corto.


Dayz

3 comentarios:

cHeSs dijo...

Oye, como que fue mucho choro para decir que somos unos engendros, ¿No? Digo, estamos feos pero es porque no nos gustamos entre nosotros, sino seríamos otra cosa y la verdad es que los quiero un chingo pero todavía no les pierdo el asco...

Juan! dijo...

... sin comentarios...

bueno...

Shot ser cucaracha!

Juan! dijo...

No, en serio…

¡Este sí que esta bueno!
Creo que es de mis posts favoritos